Desprogramadores Neuromusculares

Para poder explicar la función de los desprogramadores, es necesario tener en claro términos como “bruxismo”,”bruxofacetas” y además tener en claro la influencia que posee el sistema nervioso central sobre los músculos de la masticación.

 

 

Bruxismo: es el hábito involuntario de apretar o rechinar las estructuras dentales sin propósitos funcionales, por sobreestimulación nerviosa sobre los músculos de la masticación.

Estados de estrés y una mal oclusión del paciente, también influyen en el desarrollo de esta patología, en la que comunmente se observa la presencia de desgastes horizontales en las caras oclusales y en los cuellos de los dientes; estos desgastes son llamados “bruxofacetas”.

El componente muscular y nervioso en estos pacientes está alterado, ya que se envían constantes impulsos nerviosos a los músculos masticatorios, produciéndose contracciones descontroladas de larga duración durante la noche o diariamente. Esto produce el contacto forzado de los dientes del maxilar superior e inferior, ejerciendo una presión mayor a la producida en la masticación y deglución.

El paciente en estos casos puede estar indiferente al problema o estar consciente una vez que empiezan síntomas, tales como cefaleas recurrentes, dolor dentario y sensación de fatiga en el rostro.

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Los músculos adquieren una especie de “memoria” en que se contraen indefinidamente y a mediano plazo, esto producirá molestias locales y dolores referidos (por ej. cefaleas) si no se utiliza un desprogramador durante la noche o en el régimen que el odontólogo crea conveniente.

La función de un desprogramador, tal como lo dice su nombre, es “borrar la memoria de contracción” a los músculos masticatorios, de modo que cuando se realizan dichas contracciones descontroladas, no sean los dientes los que impacten contra sí mismos y reciban directamente dicho impacto, sino que la fuerza sea absorbida, amortiguada y disipada por el dispositivo. Esto provocará una fatiga de los músculos hasta que ya no respondan al estímulo nervioso, sin poner más en peligro la integridad de los dientes y disminuyendo la incidencia de síntomas asociados a problemas musculares.

Con respecto a los tipos de desprogramadores, se encuentran los usados en sector anterior y sector posterior. Ambos actúan de manera similar, desocluyendo o anulando el contacto directo de los dientes en el sector elegido y por consecuencia, en toda la cavidad oral.

En conjunto con este dispositivo, idealmente el paciente con la ayuda de un médico, debe tratarse con relajantes musculares o alguna otra terapia alternativa para estabilizar de forma general el sistema nervioso, controlando así los estados de estrés, ansiedad, etc.

El tratamiento con desprogramadores oficialmente no tiene una fecha de término, ya que una vez degenerado severamente el sistema nervioso central, los pacientes crónicamente deben medicarse para mantener la estabilidad del mismo y dada la dificultad que ello implica, solamente en casos que se manejen como moderados a leves, los pacientes pueden prescindir de este artificio.

Desprogramador neuromuscular anterior: Jig de Lucía

Esquema de relación entre sistemas nervioso y muscular

Desprogramador neuromuscular posterior: plano orgánico de relajación

 

 

 

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